Mi jardín distópico

Una sábila desértica cubierta de nieve. ¿En qué tipo distopía vivimos? Sentada en mi patio a menos diez grados celsius en el norte de México, me cuestioné qué hicimos para llegar hasta este punto. Vi la nieve caer alrededor de mí y no pude evitar pensar cuánto falta para la caída de la humanidad. ¿Pesimista? Sí. ¿Absurdo? No tanto.

El calentamiento global ha cambiado de manera radical los patrones meteorológicos a nivel mundial. Nuestra incesable contaminación hace que nuestros veranos regiomontanos sean aún más insoportables y nuestros inviernos, casi mortales.

Esta sábila, dulce regalo de mi abuela, y todas las plantas que fotografié aquel 14 de febrero están muertas, víctimas de nuestra apatía ante la crisis climática. ¿Cuándo haremos algo al respecto? A este ritmo, creo que jamás.